Impacto Finnegans y su apuesta por las artes escénicas

Con el objetivo de seguir promoviendo el diálogo entre los procesos productivos empresariales y la creatividad artística, “La Capacitación” fue el primer proyecto de artes escénicas producido por Impacto Finnegans. Tras esta primera experiencia teatral, dialogamos con Blas Briceño, CEO de Finnegans y actor de la obra, y Carolina Milli, quien estuvo a cargo de la producción ejecutiva.

 

Después de lo que fue el Concurso de Artes Visuales y la exposición de las obras premiadas, llegó esta primera apuesta teatral. ¿Por qué se optó por una obra site-specific?

B.B.: Desde Impacto Finnegans nosotros estamos buscando apoyar la producción de creaciones artísticas de todo tipo y en particular las vinculadas al teatro. Queríamos darle un inicio a esta actividad después de la experiencia con la propuesta dedicada a las artes visuales. Por otro lado, una de las cosas que también nos proponemos desde Impacto es vincular mundos que habitualmente no están muy conectados. Nos interesa producir diálogos entre espacios de la sociedad o de la cultura que no están conectados habitualmente. En particular nos proponemos generar diálogos entre los procesos económicos/productivos de las empresas y los procesos creativos de los artistas. Entonces, ese fue uno de los disparadores de esta idea. En este sentido, con el objetivo de promover ese diálogo y vincular Impacto Finnegans con las producciones teatrales, pensamos que era interesante hacer una obra inicial que de alguna forma produjera esos diálogos por su propia naturaleza, tanto en su proceso de realización como en su puesta escénica. Entonces nos imaginamos el hecho de poner en escena una obra que tuviera mucha relación con el espacio físico donde nuestra empresa trabaja, e intervenir ese espacio con el lenguaje del teatro. Nos interesaba la intervención de la experiencia del teatro dentro del espacio de Finnegans. Es una forma de sintetizar, de unir mundos y de generar esa relación que queríamos fomentar.

A partir de esa búsqueda inicial, ¿cómo surgió la idea y cómo fue el proceso creativo de “La Capacitación”?

B.B.: Elegí como punto de partida una obra de Harold Pinter que se llama “El postulante”, que tiene que ver con un proceso de selección de personal, que sale bastante mal. Partiendo de esa temática, pensamos en asuntos vinculados con los recursos humanos, los procesos de incorporación de personal y de capacitación. El disparador fue ese. A partir de esa idea germinal, empezamos el desarrollo de la escritura de una obra que tuviera relación con todas estas cuestiones y que contara con una visión de puesta en escena que tuviera que ver con el espacio de Finnegans. El resultado de esa escritura fue “La capacitación”.

 

No es habitual que desde una empresa surjan este tipo de iniciativas. ¿Qué atractivo tuvo la propuesta para la gente de las artes escénicas? ¿Cómo fue la recepción por parte de las personas convocadas?

C.M.: En ese sentido también fue interesante el cruce. Quizás al principio les resultó un poco sorprendente el hecho de que la convocatoria llegara desde un espacio empresarial. Después se fue entendiendo que la idea era que esta obra fuera el puntapié inicial o la apertura de Impacto Finnegans hacia lo escénico y que este proyecto va a ser solamente el primero de muchos que vendrán, tanto gestionados desde Impacto Finnegans como originados por gente que acerque su propuesta y que pueda ser acogida. Pero lo tomaron positivamente, más allá de la sorpresa. Fue muy bueno el proceso. Cuando empezamos a ensayar y empezamos a meternos en la producción de la obra en sí, estaban súper entusiasmados con el hacer en ese espacio tan particular. Fue realmente muy grande el movimiento que se hizo desde la producción en términos de montar todo en un espacio donde no hay un escenario, no hay un teatro y no sucede nada vinculado a lo teatral. Fue todo un desafío. Desde montar todas las luces, que no había, hasta armar una escenografía. Todas esas condiciones que en un teatro están dadas y que en este caso no. Entonces todo eso fueron grandes desafíos para todos: para los actores y para nosotros. Creo que fue bien interesante el cruce y todos estuvieron muy entusiasmados desde el principio con explorar estos personajes. Posteriormente, en las funciones, fue muy atractivo el hecho de llevar a la gente a recorrer el espacio. La obra recorre tres pisos del edificio y eso, de alguna manera, también es no solo presentar Impacto Finnegans hacia lo escénico, sino literalmente presentar el espacio que Impacto Finnegans tiene para ofrecer, haciendo que la gente circule por todos esos diversos sectores que transita la obra.

Esta iniciativa demuestra que las artes escénicas van a tener un lugar importante dentro de la propuesta de Impacto Finnegans. ¿Por qué se ganaron este espacio?

B.B.: Por historia personal mía y porque, en particular, en un mundo virtual pospandémico, las artes escénicas, la corporeidad y la presencialidad del teatro me parece que hacen que sea un lenguaje que hay que revalorizar. Tiene una potencia en relación al encuentro de los cuerpos y a la presencia física que es muy necesaria en este momento.

C.M.: Después de las restricciones más estrictas a causa de la pandemia, poder volver y que lo que aparezca sea teatro, es un gesto bastante fuerte en relación a ponerle un freno a las pantallas y lo virtual. Veámonos, estamos acá, en presencia. Eso me parece que está bueno.

 

¿Qué lugar tuvo la creación colectiva en este proyecto?

B.B.: En esta obra en particular, había un esqueleto de un texto dramatúrgico que fue muy intervenido por lo que cada actor aportó en los ensayos y en el desarrollo de la obra.

C.M.: Fue muy dinámico el proceso en ese sentido, a pesar de lo breve en cuanto a tiempo. Fueron solo dos meses y medio de ensayo, que fueron muy intensos. El proceso fue muy dinámico y muy interactivo en términos de que todos los integrantes del elenco fueron aportando ideas.

Después de esta primera propuesta teatral de Impacto Finnegans, ¿qué balance hacen de la experiencia y qué recepción encontraron en el público?

C.M.: La recepción en general fue muy buena. Creo que todas las personas que vinieron a verla se quedaron gratamente sorprendidas y contentas con esto de ir a ver un espectáculo a un lugar que no era un teatro. Fue bien recibida esta novedad de algo distinto a lo normativamente establecido del teatro. Lo celebró mucho en general el público. Creo que fueron puros buenos comentarios los que recibimos.

B.B.: Por la característica de la convocatoria, el público que vino podríamos decir que fue un 50 por ciento de gente que está vinculada al teatro o que consume teatro habitualmente, y otro tanto de personas vinculadas a la empresa y que no van al teatro con frecuencia. Creo que los dos públicos, por motivos parecidos incluso, tuvieron una valoración muy positiva de la propuesta.

 

¿Qué le espera al eje de artes escénicas para 2022?

B.B.: Tenemos previstas dos propuestas vinculadas a apoyar el desarrollo del teatro a través de Impacto. Una vinculada a una beca o subsidio para opera prima, para nuevos directores. Y otra vinculada a una convocatoria para poner en escena en el Espacio Finnegans alguna obra performática o site-specific, que se adapte a las condiciones singulares del espacio, que no son las de un teatro.

 

También te puede interesar Se lanzó el Programa Software as a Future