Tras una larga espera generada por la pandemia, inauguramos la Exposición Premio Espacio Finnegans. Con la convicción de que el arte y el desarrollo de software comparten la vocación creativa y el potencial para cambiar el mundo, Espacio Finnegans nace como un lugar de experimentación de los límites para seguir uniendo arte y tecnología, fomentar el intercambio de procesos creativos y visibilizar el talento artístico nacional. En el marco de la apertura de la muestra, dialogamos con Emilia Álvarez, Pablo Cornejo y Camilo Guinot, ganadores de nuestro concurso de arte.
Desde Espacio Finnegans nos interesa conocer los inicios, búsquedas, miradas e intereses de l@s artistas en sus procesos creativos. Aprovechamos el contexto de la inauguración de la exposición para charlar con l@s ganadores de nuestro concurso de arte. Con respecto a sus primeros pasos como artista, Emilia Álvarez nos contó: “Asistí a los talleres de artistas ALCO SRL y MDC Centro Escuela de Sábados. Fui haciendo distintos tipos de exploraciones, también con el sonido y la música. Como diseñadora industrial, trabajé con varios artistas, tanto para asistencias o para desarrollo de obra. Además me formé en un conservatorio de música como cantante lírica”. Por su parte, Pablo Cornejo expresó: “Mis inicios fueron en el taller de electromecánica de mi papá. Él era ingeniero. En ese contexto, empecé a incursionar en el manejo de herramientas, materiales y técnicas. Esos fueron mis primeros pasos y tuvieron que ver con cómo poner esa técnica al servicio de algo creativo, desde una edad muy temprana en un taller. En ese contexto es que surgió mi vocación de dedicarme a algo cien por ciento creativo como el arte”. En tanto, Camilo Guinot comentó: “Hay dos instancias: por un lado, desde muy pequeño dibujé. Siempre estuve vinculado a la expresión, en particular al dibujo. Después, ya de adulto, más o menos a los 25 años comencé a pintar. Estudié con diferentes artistas. Todo esto fue en Mercedes, provincia de Buenos Aires. En 2001 me mudé a Buenos Aires y seguí estudiando con artistas. Hice clínica con Pablo Siquier. Si bien empecé a trabajar con instalaciones, mi obra tenía que ver fundamentalmente con la pintura. En ese momento se produjo un quiebre en cuanto a la manera de pensar mi trabajo, en cómo pensar y cómo llevar adelante mi obra”.
Sus búsquedas artísticas
En cuanto al tipo de arte que realiza, Emilia señaló: “Mi trabajo se desarrolla en el campo de la performance, el sonido, el uso de la voz, el dibujo, la poesía, el video y trajes. Me gusta pensar la totalidad de mi trabajo como una serie de constelaciones, que se construye y compone a sí mismo como un lenguaje”. En este sentido, agregó: “Me interesa responder interrogantes a través de la activación de movimientos usando el cuerpo, el sonido, la voz y el trazo como herramientas, con trajes como dispositivos, tecnologías de video y poniendo al espacio en juego. Experimento otras formas de vincular, reconfigurar y percibir el entorno”. Respecto a este tema, Pablo sostuvo: “A mí me gusta pensar mi obra como un arte en cruce, aunque también es una definición que queda un poco chica. Pero lo interesante es que apunta a sacarle un poco el protagonismo a lo visual. En general uno está haciendo obras que son visuales pero también involucran a todo el cuerpo. Entonces llamarlas visuales para mí queda chico porque visual implica una mirada, una distancia, una separación”. En esta línea, añadió: “Busco que suceda algo performático, en el sentido de involucrar al cuerpo del otro en lo que es presentado”. Por su parte, Camilo expresó: “Si bien me muevo específicamente en el campo del arte, estoy en una instancia en la que ya no me planteo si lo que hago es arte o no. Me interesa que sea algo vital, que en ese proceso esté descubriendo cosas nuevas, que la obra me esté revelando algo inédito. Básicamente que esté aprendiendo algo con esa experiencia. Ahí encuentro una vitalidad y si eso sucede, me dan ganas de compartirlo”. Al respecto, agregó: “Más allá del formato que utilice, me interesa que lo que haga tenga esa vitalidad. Empleo distintos medios: dibujo, instalación, video, textos, fotos y todo aquello que esté a mi alcance, que considere más adecuado para vehiculizar mis intereses. Por eso no podría definir el tipo de arte que hago pero sí podría decir que es algo abierto, en proceso y en constante expansión”.
Emilia Álvarez, ganadora del primer premio.
Al ser consultad@s respecto a las virtudes y fortalezas de sus obras para ser elegidas como ganadoras, cada un@ dio su parecer. Emilia consideró: “En la obra trabajo con tecnología. Un factor influyente puede haber sido el hallazgo de lo que es la materialidad y los procesos que construyen a la obra. Hay algo de la idea y del hallazgo en el trabajo que busca expandir capas de sentido”. En su caso, Pablo señaló: “La obra tiene mucho impacto y velocidad. Es un parpadeo de imágenes. Eso puesto en un espacio donde hay pantallas grandes y donde hay ciertas condiciones lumínicas, genera algo ambiental. Creo que hay algo de eso que se transmitió. También pudo influir el hecho de tomar imágenes fijas y llevarlas a video. Transitar esos terrenos intermedios entre la foto y el video puede haber sido un acierto”. En tanto, Camilo indicó: “Elegí esta pieza para Finnegans porque si bien su formato es tecnológico, a su vez, plantea algo rudimentario o primitivo. Trata sobre el tiempo y sobre fenómenos que nos rodean. Usé la pintura para fijar un fenómeno intangible en movimiento. También puede leerse como una pintura en video. Me interesa que se produzca una tensión entre la tecnología y lo primitivo: cómo un hecho que como humanidad experimentamos desde hace miles de años -por ejemplo observar las llamas- aún hoy pueda seguir generando sentidos por medio de un formato tecnológico. Este video forma parte de una serie en la que procuro una síntesis narrativa, puede que eso favorezca la recepción de la obra”.
Pablo Cornejo, ganador del segundo premio.
La tecnología al servicio del arte
Sobre el lugar que ocupa la tecnología en sus obras, también nos brindaron sus reflexiones. Al respecto, Emilia Álvarez indicó: “Hay operaciones y procedimientos de la tecnología que me gusta trasladar a las piezas y a mi proceso de trabajo, por ejemplo lo que se refiere a cómo se vinculan los elementos entre sí, cómo algunos afectan a otros”. Asimismo, añadió: “Me interesa la dimensión poética. Pienso sobre cómo voy a llevar a cabo una pieza y qué me puede brindar cada herramienta tecnológica”. Sobre este punto, Pablo Cornejo sostuvo: “Si bien no es algo en lo que piense inmediatamente, hay obras que surgen de mi relación con ciertos dispositivos tecnológicos y qué parte de eso yo puedo ir alterando para generar ciertos resultados poéticos. Creo que ahí es donde surge la relación con la tecnología: cuando le das usos alternativos, diferentes a los establecidos por el mercado o la costumbre. Otra forma es generar autocrítica. Ahí es donde el tema tecnología emerge”. Por su parte, Camilo Guinot señaló: “Hoy por hoy la tecnología es una suerte de andamiaje porque todo pasa por ella. De un modo u otro, la tecnología está implicada en la obra. No tomo a la tecnología como insumo principal pero sí está presente todo el tiempo”.
“La tecnología emerge como tema artístico a partir de darle un uso alternativo o generar autocrítica sobre un universo de técnicas”, Pablo Cornejo.
En relación al aporte que las innovaciones tecnológicas le pueden hacer al arte, Emilia expresó: “Creo que le pueden aportar nuevas vías para entablar puentes de comunicación entre las piezas y quien las percibe. También le pueden aportar creatividad pero me parece importante no poner a la tecnología en el foco o como una obra en sí misma sino pensar y usar a la tecnología al servicio de lo que un@ quiera hacer. En ese sentido, las innovaciones amplían las posibilidades de llevar a cabo esas ideas primarias pero siempre al servicio de la pieza que se quiera realizar”. En tanto, Pablo afirmó: “Las innovaciones tecnológicas le pueden aportar más caracteres al lenguaje artístico. Toda nueva tecnología ofrece múltiples posibilidades de apropiación. También posibilitan una ampliación de la mirada”. Por su parte, Camilo comentó: “De alguna manera eso lo vamos corroborando con el paso del tiempo. Con obras que tienen a la innovación tecnológica como materia prima, sucede que si la obra no conecta con algo que trascienda a su propio medio, la obra envejece muy pronto. Inicialmente puede ser atractivo cierto código o efecto pero caduca pronto porque la tecnología se renueva velozmente. El punto es ese: conectar con algo trascendente que no sea solo la fascinación de la innovación del medio que se utiliza”. Asimismo, agregó: “Las innovaciones tecnológicas le aportan un montón al arte porque estamos cada vez más atravesados por la tecnología. No solo condiciona nuestra percepción sino que también moldea nuevas sensibilidades”.
“Las innovaciones tecnológicas le pueden aportar al arte nuevas vías para entablar puentes de comunicación entre las piezas y quien las percibe”, Emilia Álvarez.
Camilo Guinot, ganador del tercer premio.
La apuesta de Espacio Finnegans
Con respecto al valor de esta iniciativa de Finnegans, Emilia afirmó: “Me parece muy interesante que se abra un espacio nuevo con esta orientación, donde nuevas tecnologías puedan entrar en el campo de lo plástico desde un lugar de experimentación”. En tanto, Pablo comentó: “Está muy buena la iniciativa. Si bien Buenos Aires tiene su propia historia de festivales, eventos, muestras de arte y tecnología, siempre vienen bien nuevos aportes, nuevos espacios. Está bueno que una empresa de software apueste a generar un lugar de autorreflexión y ponga recursos en ello”. Por último, Camilo destacó: “Me parece genial la propuesta. El apoyo a l@s artistas siempre está buenísimo, es un aliciente. Por otro lado, armar una colección me parece excelente porque eso ya implica otro tipo de compromiso con las obras. Estoy más que contento de formar parte de esto”.
“Las innovaciones tecnológicas le aportan un montón al arte porque estamos cada vez más atravesados por la tecnología. No solo condiciona nuestra percepción sino que también moldea nuevas sensibilidades”, Camilo Guinot.
Vale recordar que la Exposición Premio Espacio Finnegans cuenta con tres obras ganadoras y otras diez piezas seleccionadas. La elección fue realizada por un jurado de gran trayectoria artística, conformado por: Leonel Luna, Marina De Caro, Silvia Rivas y Ernesto Ballesteros. La convocatoria inicial contó con casi 200 propuestas de artistas visuales y electrónicos de todo el país.
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