Es habitual saber a dónde queremos llegar, pero es menos frecuente detenernos a ver donde estamos parados y analizar cómo llegamos ahí. Algo así como imaginarnos un futuro en el que tenemos la casa ideal, no obstante la forma en la que estamos utilizando nuestro dinero para alcanzar ese objetivo.
Ahora si traslademos esta situación al ámbito de nuestra propia organización, ¿nos preguntamos alguna vez cuánto invertimos para conseguir lo que deseamos?, ¿acostumbramos a esperar resultados que no se condicen con lo que hacemos para conseguirlo?, ¿basta con que nuestra empresa sea rentable para que sea viable?
Generalmente avanzamos en un proyecto y evaluamos nuestra rentabilidad, basándonos en el negocio, precios, tipo de cambio o la propia y cambiante situación del país. Sin embargo, por mirar sólo o mayormente la rentabilidad, podemos perder de vista el aspecto financiero de nuestra organización.
Así como la organización, planificación y control de nuestra economía familiar nos permite conocer nuestra situación, el Cashflow hace lo propio por la contabilidad y tesorería de una empresa. A partir de esta herramienta, vemos cómo y dónde estaremos parados en un futuro cercano.
Más info en: El rol del contador en la era digital
El cashflow entre otras cosas permite ver la disponibilidad futura de fondos
El cashflow permite llevar a cabo un análisis financiero a corto y largo plazo considerando el flujo de ingresos y egresos reales y planificados.
Si bien esta herramienta nos permite ver la disponibilidad futura de fondos, no nos permite anticiparnos a posibles eventualidades o imprevistos , tales como el pago de una liquidación final de un empleado que trabajó mucho tiempo con nosotros. En ese caso, ¿cómo podemos usar el cashflow a nuestro favor?
Nuestro punto de partida serán los saldos de las cuentas, junto con la información proveniente de saldos pendientes (típicamente, facturas de compra y venta) y planificación de ingresos y egresos futuros en el módulo de presupuesto.
Conviene entonces, planificar de una manera eficiente. Si queremos que el cash flow nos de información valiosa a largo plazo, no será prudente basarnos únicamente en lo real.
Por ejemplo, ¿cómo quiero que sean mis ventas desde hoy hasta el año que viene?, ¿ya se efectuaron las ventas que voy a cobrar el año que viene? Sin planificar no podemos evaluar nuestra información financiera para los próximos meses.
Dado que múltiples factores afectan nuestro negocio, es vital evaluar distintos escenarios. Si consideramos distintos precios, tipos de cambio y distintas variables, nuestra planificación va a ser más eficiente.
Condiciones de venta acordes a la de compra. Si alguna o ambas están desfasadas, es posible que se genere un desajuste financiero importante. Será clave reevaluar los métodos y plazos de negociación con nuestros clientes y proveedores.
Tenemos que reaccionar activamente en lugar de esperar, ya que eso puede llevarnos a perder control sobre la situación o impedirnos cumplir con nuestras obligaciones. Trabajar con una actitud activa frente a los imprevistos nos permitirá tomar decisiones considerando el factor tiempo a nuestro favor.
El cashflow por sí mismo no puede darnos la certidumbre con la que quisiéramos trabajar ante cambios en el mercado. Sin embargo, evaluar cuáles van a ser nuestro flujos futuros de fondos y ser ordenados en nuestra contabilidad nos permitirá hacer frente a nuestras obligaciones en tiempo y forma.