El escándalo suscitado luego de las filtraciones de datos y la demanda de regulación del mundo digital por parte de algunos gobiernos, permite razonar dos cosas: una es el poder explosivo de la información, esto es, poder segmentar a los consumidores, influyendo en todos los ámbitos de la vida y en los principales países del mundo. Ese es el poder de la información. Lo segundo, es que los consumidores no son conscientes que están entregando gratuitamente información personal, permitiendo ser influenciados hábilmente por estrategias de comunicación que no eligieron y de las cuales ignoraban su existencia.
Esto es posible porque existe despreocupación por la seguridad de sus usuarios; y a su vez, porque los usuarios dejan a disposición toda esa información para su uso.
Hay una lógica bastante perversa de algunas empresas que administran información masiva que es ¨yo te doy un beneficio, vos entrégame tu identidad¨. ¿Cómo se capitaliza? Vendiendo cosas, ya sea un presidente o un producto. En forma estadística y anónima le vendo un espacio a ciertas empresas que quieren venderte algo y le permito que te encuentre y te lo ofrezca, si vos querés, compras. En realidad, sabemos el poder de persuasión que tiene una comunicación efectiva produciéndose todo el tiempo, con lo cual uno puede buscar herramientas, pero es muy difícil porque a medida que vos expresas tus deseos a través de tus búsquedas, lo que viene es la respuesta a tu deseo y el estímulo para que ese consumo se acreciente. Sirve para encontrar lo que buscas, pero también para encontrar aquello que deseas y no querés comprar y lo terminás comprando.
Al ceder mi información, cedo el espacio para que alguien con mucha capacidad de entenderme trate de torcer mi voluntad en la dirección de su producto, con mucha información propia, sabe lo más íntimo de mí. Si encima esa información que se anuncia como anónima y bien custodiada, y no es tan así, entonces, tienen acceso no sólo a dónde vivís sino a todos tus movimientos, incluso a qué hora tenés sexo. De esta manera, tengo muchas más capacidades de convencerte en el momento adecuado en que conviene que mi mensaje sea escuchado. Por eso es tan brutal el poder, porque la hipersegmentación que permite la información que hoy le damos a todo el mundo de todo lo que hacemos a cada hora del día. El acceso a nuestra vida íntima, saber a qué hora te levantas, a qué hora te dormís, cuándo salís a comer y qué pedís cuando te quedas en tu casa.
Esa información te hace blanco de algunas propuestas sociales o políticas mucho más precisas de las que se pueden poner en la calle, donde sos uno más de un conjunto de peatones que pasa por un determinado lugar.
La información hoy es uno de los activos más valiosos y, por eso, se debe garantizar la seguridad para preservarla.
(*) Especialista en Software, fundador y CEO de Finnegans y Xubio.